Ernest Hemingway y Orson Welles se reencuentran en Ronda

En pocos días más Ernest Hemingway (1899-1961) y Orson Welles (1915-1985) volverán a reencontrarse.  Esta vez lo harán en Ronda, esa bella, misteriosa y taurina ciudad española. Para ninguno de los dos, grandes aficionados al arte y ciencia taurino la ciudad les es extraña o desconocida. Tampoco la ciudad los ha olvidado. Ambos poseen sus “Paseos”  como el “Pasaje Ernest Hemingway” identificado por una placa en la pared con el escudo de Ronda de un lado y en el opuesto la imagen del “Viejo” y la leyenda  “Paseo de E. Hemingway”.  Y mas o menos aledaño a el se halla el “Pasaje Orson Welles” situado a la espalda de la Plaza de Toros. Hay un detalle: La placa que identifica el pasaje vuelve a decir “Paseo” y no “Pasaje” como figura en los mapas y no lleva el escudo de Ronda como en el caso de la de Hemingway.

El encuentro de marras de los dos protagonistas de alguna pelea personal e inquina allá en su juventud, será ahora a través de dos esculturas del artista sevillano Paco Parra y según la alcaldesa María de la Paz Fernández serían inauguradas el 5 de septiembre con la celebración de la Corrida Goyesca. Para el caso del cineasta, director, productor de películas, considerado el mejor director de la historia del cine, este homenaje coincidirá y es motivo suficiente, con el centenario de su nacimiento. Lo interesante es que las esculturas llevarán el rostro de ambos esculpidos en relieve y una placa en la que estarán escritas sus citas sobre Ronda. De esta manera, con esta cercanía, ambos podrán dialogar cada tanto y quizás, vaya a saber, permitirse una escapada a algunos de los restoranes rondeños que ofrecen muy buena comida y muy buena bebida. Seguro que no desperdiciarán la oportunidad de una perdiz o de un chivo que son platos excelentes y también beber algún tinto suave con denominación de origen.

Volviendo a los dos protagonistas como no escapará a ningún lector atento, la trayectoria y personalidad de ambos dio y sigue dando mucho para decir. Ambos eran fuertes y combativos. Pero a su vez ambos profesaban una pasión: Los toros. Y a su vez admiraban a un maestro del arte y ciencia taurino como el rondeño Antonio Ordoñez.

Casi un fanatismo o una obsesión de ambos genios, hizo que uno escribiera obras inolvidables sobre las lides taurinas y el otro por aquella cosas del destino, decidió en vida que sus cenizas descansaran en esta Ronda que vuelvo a repetir es bella, misteriosa y taurina.

Pero algo puede cambiar y no todo ser almíbares. Fuentes especializadas en el cine y en su historia no descartan que con motivo del centenario se pudiera estrenar una película inédita de Welles titulada “El otro lado del viento” en la cual su protagonista tiene mucho que ver con la personalidad, conducta y carácter de Hemingway en el último período de su vida. Es decir el Hemingway menoscabado por su salud y lo más importante menoscabado en su capacidad creativa. Desconozco más detalles. Pero un material así en manos de Welles puede decir mucho y también puede no agregar nada. Por algo se halla inédito. Quizás faltó algo que nadie conoce.

Sea como sea, estos grandes de la historia del arte, a través de pétreas figuras modeladas por las manos de otro artista, se volverán a encontrar en un lugar muy caro para ambos.

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