España fue un gran amor de Hemingway. La cultura, la literatura, la ‘manera de ser’. Y parte de esa cultura fue la taurina. Si bien pudo hallarla en Las Ventas en Madrid, fueron Los Sanfermines de Pamplona quienes lo marcaron de una manera particular. Allá por 1925 y años posteriores conoció y luego frecuentó esa ciudad y otras de Navarra. Lo haría también con Córdoba, Sevilla, Ronda (¿cuna de la tauromaquia?), Málaga, Valencia, Barcelona e imposible no beber un Tío Pepe allá en Jerez de la Frontera. Esa España de Cervantes, de Lope de Vega, de Azorín, Pío Baroja y otros que le llevaron cada vez más cerca del idioma y por ende de la cultura. Por ello lo taurino no se muestra solo como un deporte nacional sino como una fiesta cultural, quizás desafiante, primitiva para el pensamiento tradicional, pero enraizada en los espíritus de los hombres que la cultivaron y la cultivan. “Muerte en la tarde”, “Un verano peligroso”, “La capital del mundo” y otros son textos que encierran las vivencias de los ruedos, la presencia de las heridas, de la sangre y de la muerte y por sobre todo, el valor de enfrentar las afiladas puntas de las mal llamadas bestias con centenares de kilos en su estructura con lanzas que amenazan a un hombre armado con solo una capa y la velocidad de su mirada para saber que hacer acompañado de la flexibilidad de su cuerpo que a la vez, en el medio del peligro se le exige elegancia, no solo presteza.
Pues bien, otra vez en todo este mundillo surgen Hemingway y los toros; los toreros y las arenas; también los bares y las tabernas. También y por qué no, el amor el valor y la fuerza del espíritu. De esta manera, antes de despedirse el año 2021 que ya tuvo finales importantes de literatura, aparece una novela taurina y lo hace en una tierra que sabe de toros, toreros y escritores de fuste que hablan sobre todo ello con un lector que a veces no sabe de toros pero que el texto le mete de cabeza y sin perderla en un asunto taurino.
Así hace su aparición en el ruedo literario “A la sombra de Hemingway”, novela taurina. El autor, Ernesto Manuel Del Bosque Ramos es egresado como Contador Público de la Universidad Autónoma de Guadalajara, sita en Jalisco, México, incursiona por segunda vez en este ruedo de palabras hechas historias luego que en 2017 publicara otro volumen titulado “Los caprichos de Moctezuma”. Ahora se entromete con el “El Viejo” en una ficción histórica que le lleva o más bien dicho que lleva al lector por los senderos y lugares frecuentados por los toreros tanto españoles como mejicanos en una época de España en la que quizás ya algunos avizoran el trágico y doloroso enfrentamiento que se avecina entre hermanos de sangre que oscurecerá la existencia diaria de toda una nación. Como el anterior volumen este también es una edición Kindle.
La historia que dispara la novela está bien armada. Un Hemingway en su querida Pamplona y en pleno festejo bullanguero y callejero de San Fermín, es salvado de una cornada por un joven torero de nombre Rafael, llamado “Rafita” por sus conocidos, quien recibe el impacto, pero logra superarlo. Ese hecho signa la existencia de este hombre en su trayectoria en los ruedos. El escritor lo orientará, será una guía y a la vez un protector. El escritor sabe de tauromaquia y el ambiente lejos de ser desconocido para él es un factor de atracción y deleite en su vida personal y literaria.
Hay algo aquí que no se escapa aun cuando la situación es totalmente diferente. En su precoz experiencia de guerra en Italia, Hemingway salva la vida de un soldado y es herido por la metralla. Vale la pena recordarlo ya que por ello Agnes y “Adiós a las armas” están en la historia heminguayana y también en la de la literatura universal.
No me corresponde contar más de este atractivo texto que se puede leer rápido, pero para los conocedores o seguidores de las “rutas” heminguayanas conviene detenerse en alguna esquina cerca de Las Ventas en Madrid, inaugurado allá por el 31 por el que “camina” la novela o beber un vino en el Iruña y recordar Los Sanfermines de entonces. Leerla con detenimiento es una buena experiencia para todos e invita a conocer los lugares que quedan de toda una historia taurina de tradiciones y culturas.
–==((~))==–