Con sus casi 12 metros de eslora, el Pilar fue un compañero indispensable de Hemingway. En si mismo, fue un reducto heminguayano al mas puro estilo y sentimiento del escritor. Hoy es impensable sin mencionar a Gregorio Fuentes, su capitán por toda la existencia náutica del barco. El Pilar acompañó a Hemingway en Key West, en Bimini y por fin en Cojimar en donde halló amarras casi definitivas. Con la muerte del escritor, trámites mediante y puestas a punto a través de restauraciones artísticas, expresión que bien cabe aquí al verlo ahora, hoy reposa al abrigo de tempestades y otras contingencias náuticas en el mismo terreno que ocupa la casa que habitara quien fuera su dueño. Sabia decisión. En todo el lugar hay una concentración de sentimientos y afectos que se perciben al visitarlo. Los sueños, el sueño, no acaba con la vida misma. Por eso el Pilar, Gregorio y El Viejo todavía se encuentran por allí y dialogan sobre el mar, los peces y las aventuras que les tocó vivir y superar juntos. A eso no lo podemos ver. No nos está dado. Tampoco lo sabemos. Solo lo sentimos. Si. Solo se siente. Como, cada tanto, la brisa trae desde el mar su aliento húmedo y con gusto a sal, que logra arrancar un suspiro al Pilar que, en dique seco, no deja de anhelar aquellas singladuras de ayer.
Pero parece que el Pilar no está solo hablando desde el punto de vista naval. Es posible que tenga una “media hermana”. La nota que sigue sorprende y alegra. Y por ello le pedí directamente al autor, Oscar Suárez, que me autorice a publicarla aquí.
Oscar Suárez, según nos dice su perfil, es periodista y productor de radio y televisión. Además es documentalista de temas científicos, históricos y de alto interés humano. Oscar dirige el sitio: universoincreible.com de donde proviene la nota y las fotos que brindo a continuación.
El Yate Pilar de Hemingway tiene una medio hermana en los Cayos de la Florida
De buenas a primera me hizo recordar La Finca la Vigía en San Francisco de Paula, donde se conserva el yate Pilar del famoso escritor norteamericano Ernest Hemingway.
Sin embargo estoy en Islamorada, uno de los cayos de la Florida, en compañía de mi esposa y unos amigos llegados de Cuba.
Alguien nos había comentado sobre una gran tienda para pescadores con una bella vista al mar, al fondo del establecimiento. Así fue como sin darnos cuenta, después de haber contemplado el paisaje, nos decidimos a refrescar el intenso calor dentro de la tienda.
En medio del salón nos encontramos con un yate que por su colocación frente a las puertas de entrada no podía reconocerlo. Sin embargo cuando comenzamos a visualizarlo totalmente fue cuando descubrimos que llevaba el nombre del yate Pilar, como el famoso de Cojímar y su propietario, Ernest Hemingway.
Lo acompañaban fotos del autor de “Por quien doblas las Campanas” y “Adiós a las Armas”. Además sentía que era igual que el que tantas veces había grabado en mi memoria cuando visitaba la residencia del escritor en la villa de San Francisco de Paula, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón.
Al principio pensé que era una reproducción del bote original con el objetivo de llamar la atención de los clientes aficionados a la pesca, uno de los amores de Hemingway.
Había cometido un error de apreciación a la ligera.
La historia de este yate era todo una novela, pues había sido construido en Brooklyn en 1933, un año antes que el legendario Pilar de Cojímar, sede de las aventuras marineras del escritor norteamericano.
Historiadores aseguran que cierta leyenda dice que Hemingway pescó en este barco en aquél 1933.
Después decidió que debía tener uno igual, para su estancia en Cuba, para satisfacer su anhelo de cazar al pez grande de las aguas de la Corriente del Golfo.
Se le bautizó Pilar en honor a la Pilarica española, y fue tanto el gusto por ese nombre, que así le llamaba, pero de forma secreta durante su noviazgo, a su esposa Pauline.
Hay ciertas diferencias entre sus medidas y ajustes en los dos Pilar, pero ambos coinciden en que cumplieron importantes misiones durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras El Pilar de Islamorada estuvo al servicio de la Marina en Cayo Hueso, Hemingway persiguió submarinos alemanes que merodeaban el Golfo en su Pilar de La Habana. Siempre iba acompañado por su estimado patrón cubano Gregorio Fuentes.
El Pilar medio hermana pasó de la mano de varios dueños, hasta que un día el propietario de Bass Pro Shops, le llamó la atención esta singular embarcación. Fue en 1993 que expresó su interés en su adquisición como pieza central para su emporio comercial.
Fue trasladado entonces hasta Springfield, donde se reformó totalmente antes de su regreso al cayo Islamorada.
Posteriormente, en octubre de 1997, fue rebautizado por Mina Hemingway, nieta del escritor.
Diariamente aficionados al mar y a la pesca se sorprenden al encontrar ante sus ojos al yate Pilar, cuando incursionan en este centro comercial.
De inmediato, hacen un alto para tomarse fotos, siempre imaginando que por este puente y por este camarote estuvo el genial escritor amante del mar, de la pesca y la emoción de las aventuras.
Yo también tomé muchas fotos, pero siempre pensando en mi Pilar de San Francisco de Paula, donde aprendí a conocer a un hombre que amó tanto la vida, que cuando sintió que no pudo disfrutarla mucho más, prefirió despedirse sin rendirse.
Hoy fue uno de esos días que el Viajero fue dichosamente feliz, al descubrir una historia en medio de un paseo de fin de semana.
Vacaciones del Viajero, julio, 2012
Fuente:
www.universoincreible.com
Oscar Suárez
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