ASTILLEROS NEREO DE MALAGA (I): Historia y tradición de un Patrimonio Cultural Excepcional.

Nereo en la mitología griega, es un dios marino. Con su esposa Doris, su hermana, son los padres de las Nereidas. Son cincuenta hijas (hay discusión sobre el número) que serán las ninfas de los mares interiores (como el Mediterráneo por ejemplo) y se distinguirán de la Náyades que son ninfas de aguas dulces y de las Oceánidas que lo son del océano o de los mares abiertos. Se decía que ayudaban a los marinos en las travesías peligrosas y que siempre se hallaban junto a su padre. A este se le representa como a las divinidades marinas con algas en lugar de cabello, viejo, de aspecto grave y serio. El es el gran protector, el consejero infalible. El poeta Virgilio lo hace una figura inconfundible dándole el tridente como atributo. Así, Nereo, con toda su carga de historia y mito es el nombre de unos de los astilleros más antiguos de España. No solo por haber estado en sus terrenos y caminado sus recovecos quiero hablar de él, sino porque trasunta tradición del mar, trasunta misiones nuevas y proyectos atrevidos. Unas palabras sobre su historia permiten conocer su origen pero también su proyección.
Según la página oficial( www.astillerosnereo.es) los Astilleros Nereo comienzan su zaga en los albores del siglo XX en Estepona definido como un municipio de la provincia de Málaga en España. Allí Don Juan Sánchez construirá en sus astilleros dos faluchos, es decir dos embarcaciones de uso costero impulsado por velas latinas, esas velas triangulares que han brindado su empuje a tantas embarcaciones de poco porte. Los veleros llevarán por nombres “Joven Antonio” y “El Señorito”. El proyecto de Sánchez era recorrer la costa en su totalidad considerando que esta va desde Gibraltar hasta Barcelona. Esto es toda la costa del mediterráneo haciendo base en Málaga. Ellos hicieron acopio de los productos regionales de los lugares en que hacían puerto, como vinos, licores, frutos diversos, tabacos e inclusos productos artesanales.
La historia familiar dice que años más tarde y con los avatares de la Guerra Civil, el entonces niño llamado Juan Antonio Sánchez Guitard (este último apellido es de su madre), será el fundador de los Astilleros Nereo, treinta años más tarde esto es en 1964. Con ello Juan Antonio recupera y restablece la tradición familiar que también traduce el amor al mar y cuanto lo enaltece.
Para más datos los Astilleros Nereo están situados en el área de la playa de Pedregalejo que antes, mediados del siglo XX, se llamaba “San Telmo”. En este sitio y con siglos de historia con la arena y piedra de mudos testigos, allí se construían embarcaciones utilizándose la ventaja de la playa para botar o varar las naves.
Hay toda una Cultura Marítima Andaluza así como un Patrimonio Marítimo Peninsular pero también Universal que hay que preservar, cuidar adecuadamente, recuperar su historia con todos sus detalles. Si bien suena a un trabajo de investigación académica también debe responder a que ese trabajo forje en los jóvenes y refuerce en los no tan jóvenes el concepto de identidad, de pertenencia, que tanta fuerza brinda a los pueblos, porque ese pasado está mirando al futuro.
Dejo por ahora a los Astilleros Nereo y cierro el texto con una foto de inmenso valor histórico y patrimonial que generosamente me enviara el joven y dinámico propietario actual don Alfonso Sánchez Guitard. Lo que si debo anticipar es que próximamente escribiré sobre la construcción en Nereo de una réplica de un Bergantín del Siglo XVIII y de otra embarcación que por ahora no menciono. A ambas las contemplé de cerca varias veces. Ambas me hicieron soñar con navegar en ellas, no muy lejos, allí nomás en Pedregalejo.

MALAGA

Foto de los años 20 del siglo XX. Los barcos que en ella se ven se llaman “Llaut Joven Antonio” y “Señorito” a los cuales se hace referencia en el texto. La foto fue tomada en la rada de la playa de Estepona, Málaga. Las embarcaciones fueron construidas en esas mismas playas por Juan Sánchez, bisabuelo de Alfonso Sánchez Guitard actual propietario de los Astilleros Nereo quien cedió esta imagen excepcional desde todo punto vista, con total generosidad, para su publicación y difusión en este blog. El autor agradece esta distinción.

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René Villareal y un testimonio histórico sobre Hemingway

No me molesta decirlo: No esperaba a esta altura de mi existencia un testimonio sobre Hemingway como el que brinda René Villareal en una entrevista imperdible tanto para los historiadores de la vida de Hemingway, como para sus críticos acérrimos, como para los que siguen su literatura.
Grace Piney, Editora de martínoticias.com logra una entrevista de primer nivel al encontrarse primero con René Villareal bien llamado “El hijo cubano de Ernest Hemingway” y luego un diálogo con su hijo Raúl que rescata el valor de la relación de René con “Papá” y la publicación de un libro en inglés sobre el tema que está en vías de traducción. Además un detalle muy particular: El homenaje a René Villareal en el XV Coloquio Ernest Hemingway a realizarse en los próximos días en La Habana.
De todo ello insisto en el valor testimonial de la entrevista y lo hago porque me afecta directamente. La periodista rescata algo que fue un argumento sumamente empleado en contra de Hemingway en mis conversaciones sobre él a posteriori de su muerte. De Hemingway vivo y de Hemingway muerto se dijo de todo. Todo lo negativo que podía haber en un hombre se empleó para denostarlo. Esto contrastaba con lo que yo pude conocer aún siendo muy joven. Yo rescaté en mi viaje a Estado Unidos en 1961 año de la muerte del Viejo, el testimonio de los cubanos que encontré en Nueva York. Yo lo reflejo en el texto que se puede leer en este blog como “Recuerdos de Ernest Hemingway. Apuntes autobiográficos”. Allí digo algo del Hemingway que conoció Villareal y que obviamente yo no conocí personalmente pero al que si aposté por sus escritos y por los testimonios de los cubanos. Villareal destaca ese Hemingway pura potencia física pero con un gigantesco fondo humano, tan palpable y tan legítimo que hasta se habló de su timidez. La cual es real. Yo a esto lo confirmo a partir de la nota de Piney, hoy más de medio siglo después, lo sigo viendo como un ser humano sencillo y humilde con los sencillos y humildes con los cuales podía jugar un partido de béisbol o pescar o cazar. Pero no porque fueran humildes sino porque eran seres humanos como él. No hay que olvidar que el “Viejo” estuvo en la guerra desde muy joven y la guerra marca porque conoció el dolor, la miseria y el hambre que ella significa. Hemingway fue siempre sensible a ello, al ser humano. A los bravucones los enfrentaba, a los demás les brindaba esa legítima timidez de gran hombre. Todavía me pregunto (y sigue siendo un tema para otra nota) por el gesto de donar la medalla Nóbel a la Virgen del Cobre, a la Patrona, a la Señora de Cuba. ¡Qué mensaje para los soberbios!
Dejo lugar a la nota de Grace Piney con Villareal padre y Villareal hijo. La he releído con gusto varias veces. Sigue leyendo

XV Coloquio Internacional Ernest Hemingway

Una nueva edición del Coloquio Internacional dedicado a Ernest Hemingway, la número 15°, se desarrollará como bianualmente sucede en el mes de junio del año en curso. Durante 3 dias, desde el 18 al 21 los especialistas e investigadores expondrán sobre el gran escritor y periodista. En este caso el coloquio  está dedicado al 90° Aniversario de la publicación “En nuestro tiempo” y al 80° Aniversario de la primera publicación de “Las verdes colinas de Africa”. Tras ello hay también un homenaje a René Villareal, el llamado “El hijo cubano de Hemingway”, a quien por nuestra parte dedicaremos una nota en este blog.

Las temáticas son amplias y en general están relacionadas a:

  • Estados Unidos en la vida y obra de Ernest  Hemingway.
  • Infancia y adolescencia
  • Hemingway: Editores y editoriales.
  • Trabajos relacionados con su vida y su obra.
  • Museología y conservación de colecciones y museos dedicados a Ernest Hemingway.

A continuación se brinda el programa oficial completo.
Si no puede visualizar el programa, descarguelo de aquí

http://hemingwayoskar.com.ar/25.pdf

La Goleta Santa María de los Buenos Aires (I)

Para algunos parece un sueño. Quizás para otros una utopía. Pero para un grupo de hombres y mujeres que aman el mar y ven en el un sitio para el desarrollo de oportunidades a jóvenes y adultos cabe transcribir este texto:

“Nuestra finalidad no es la construcción de un barco sino el desarrollo de una organización que desarrolle vínculos sociales, que contribuya a la formación inclusiva e integral de jóvenes y adultos incorporando cualidades y conductas orientadas a la pluralidad, el liderazgo y el trabajo en equipo. La Escuela Goleta pretende generar un ámbito que permita generar lazos de compromiso entre la sociedad y las personas con discapacidad y que también fomente la puesta en valor del patrimonio cultural y marítimo de nuestro país a través de la navegación a vela.”

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El mar, un puente que une a Estados Unidos y Cuba

Sin ninguna duda Hemingway hubiera aplaudido y desde luego participado de alguna  manera en la que se ha dado en llamar la regata “Havana Challengue” o “Desafío Habana”. Luego de cincuenta años, es decir medio siglo, barcos  deportivos norteamericanos compitieron con pares cubanos en aguas cubanas. Lo hicieron auspiciados por el Club Náutico Internacional “Ernest Hemingway” de la Habana, Cuba y cuyo Comodoro Don José Miguel Díaz Escrich y su equipo no escatimaron esfuerzos contando con todo el apoyo de los gobiernos tanto cubano como norteamericano. Sigue leyendo

Hemingway y Goytisolo en Málaga

Es el Premio Cervantes más reciente, es decir posee el galardón más preciado y trascendente de las letras en español, pero a su vez su nombre es sinónimo de una trayectoria que incluye el periodismo en el frente de batalla. Se trata de Juan Goytisolo y si de corresponsales de guerra se trata, aquí es oportunamente allegado el tema a uno de los más conspicuos, que se llama Ernest Miller Hemingway. Cada uno de ellos posee una personalidad descollante y a la vez son símbolos de actividades y pensamientos críticos desde la letra impresa. Deberían haberse encontrado ¿No? A pesar de la diferencia de edad (Hemingway es de 1899 y Goytisolo de 1931) deberían haber conversado, quizás, sobre el destino del hombre contemporáneo. Fue así que luego de divertidas y corridas gestiones lo hicieron. Pero ya el solo hecho de haberse encontrado, constituye toda una situación con perfiles de aventura y acción. Como, por otra parte, le encantaba al mismo “Viejo”.
Lucas Martín, periodista del Diario La Opinión de Málaga en España brinda, desde esa ciudad, tan cara afectivamente para Hemingway, una entretenida e instructiva nota sobre el encuentro de estos dos grandes de las letras. Como información adicional sobre el autor y lo que no es poco, Martín, ha publicado un libro de poemas y en 2012 ha sido galardonado con el Premio Andalucía de Periodismo. El crédito de la foto que acompaña la nota es de Gregorio Torres. Miguel Ferrary, Redactor del diario malagueño tramitó generosamente la autorización para la reproducción de la nota.

Goytisolo, Hemingway y el foso de La Malagueta

Por Lucas Martín

El flamante premio Cervantes y el novelista norteamericano se vieron por primera vez en la plaza de toros de Málaga, inaugurando, desde entonces, una serie de azares que llevarían a Juan Goytisolo a sentirse próximo a uno de sus grandes ídolos.
El escritor barcelonés viajaba con la hija de André Malraux

Juan Goytisolo

Juan Goytisolo

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Andy García tras las huellas de Hemingway y Fuentes

Cuba 056

No es el único. Pero por ahora hay que mencionarlo a él. Andy García y sus sueños. Uno de ellos es reflejar cinematográficamente a Ernest Hemingway y Gregorio Fuentes en su vital interacción de años. El cubano americano García se guardó para si el papel del llamado canario de tres siglos, don Gregorio. Así es, nació a fines del siglo XIX y falleció en el XXI. En cuanto a Hemingway, hay que reconocer que fue representado muchas veces por actores de valía. En este caso García debió decidirse por John Voigt, tras alguna grabación de por medio del polifacético y talentoso Antony Hopkins, que su reemplazante debió repetir. Así planteado, a Voigt le toca personificar a un hombre, nada más ni nada menos que Ernest Hemingway, que era un duro por fuera pero tremendamente afectivo y sencillo por dentro. La humildad y generosidad de Hemingway para con Fuentes y el afecto de este por el escritor puede ser trasmitida por ambos actores de vasta experiencia en el ruedo fílmico. La cuestión es cuando podrá García cerrar el trabajo que está basado en un guión en el que colaboró Hilary Hemingway, sobrina del escritor.

Además  de Voigt en el papel de Hemingway y de García en el de Fuentes, hay un tercer protagonista indispensable que no se menciona con su debido peso y es el barco Pilar. Para esta ocasión han hecho una reproducción de él.  El Pilar, el origen de su nombre ha sido contado infinidad de veces, es el eslabón más fuerte que une al escritor con el pescador canario. Es también y todo aquel que navega lo sabe, el eslabón con el mar. Lo es con la belleza de este pero también con su dureza y severidad. Ya no es solo el viejo y el mar, es también el barco y el mar. El viento que silba entre la jarcia, el oleaje que conmueve, la inmensidad de una masa de agua que remite a la pequeñez del hombre frente a ella. Allí, en el Pilar, estos hombres, como tantos otros, salen mar adentro en busca de un pez, pero es también y ellos lo saben, la búsqueda de cada uno en un medio jamás dominado  por nadie, salvo por los dioses y demonios que lo habitan.

Habrá que ver como la película de García rescata el papel de este tercer protagonista. Su papel es diferente al de los humanos, pero en si mismo llega a ser tan humano como aquellos que lo habitan y conducen. Quizás el director logre que el alma del Pilar, que se halla a resguardo en dique seco allá en Finca Vigía, trasmita algo de su fuerza y de su historia a la reproducción que de el hicieron estos nuevos arquitectos de su pasada vida. Si es así, se habrá logrado una obra de arte completa y acabada sobre estos dos hombres y su barco. El tema, como ‘El viejo y el mar’, es sencillo. Por eso mismo es tan complejo y difícil su abordaje y su plena realización.

Del barco y sólo de él, me permito agregar una foto que fue tomada cuando el Pilar se hallaba en reparación hace unos ocho años. La conservo con mucho afecto. En ella solo aparezco yo. Pero yo estaba junto a alguien muy importante que era el restaurador de la embarcación. Persona excepcional si, pero por diversas razones no podía aparecer. Mis respetos y recuerdos hacia él.

¡Suerte Andy!, Porque el eje del tema no es técnico, ¡Es poético!, ¡Muy vital y muy humano!, si así lo quieres.

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Homenaje a Gregorio Fuentes Betancourt.

Cerré el blog en diciembre de 2013  con una nota sobre Gregorio Fuentes Betancourt escrita por un compatriota canario. Auspiciosamente hoy, enero de 2014, abro el sitio con otra nota sobre el gran compañero de aventuras náuticas de Hemingway y escrita por el mismo autor del año pasado, Don Isidoro Sánchez García. No hace falta presentarlo, pues su rico perfil fue expuesto en la nota anterior.

El ingeniero Sánchez García tuvo la atención de hacerme llegar un texto sobre Gregorio que contiene una propuesta no solo enriquecedora de la memoria de Gregorio Fuentes sino también de la vitalidad  y vivencia del personaje que creó Hemingway a partir de su amistad con el pescador canario.

De paso cabe mencionar que Sánchez García posee fotos de incalculable valor histórico. Allí están Fuentes por un lado y Hemingway por otro. Vale la pena encontrarlos nuevamente juntos, pero esta vez y es mi propuesta, hallarlos conversando en Arrecife, cosas del mar, de la pesca, de los hombres y de la vida, muy cerca de una marina que quizás, pueda portar para siempre el nombre de un canario que conoció tres siglos.

El pasado Lunes 13 de Enero se cumplieron doce años de la desaparición física de don Gregorio Fuentes Betancourt.

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GREGORIO FUENTES, DE ARRECIFE A LA HABANA

(De 1897 a 2002).

El 10 de enero de 2014 tuvo lugar la inauguración de la exposición de diseño industrial del alemán Wolfgan Deisig, en la Casa de los Arroyo, en Arrecife, de la pertenencia del Cabildo de Lanzarote. Ello me permitió apreciar la importancia de esta isla canaria -puerta de entrada de los europeos a principios del siglo XV y muy cerca del continente africano- en el triángulo vital del diseñador alemán. Le sirve de fuente de inspiración en su trabajo.

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Un Texto sobre Gregorio Fuentes

Para cerrar el año elegí un  bello texto sobre Gregorio Fuentes, aquel pescador patrón del Pilar el barco de Hemingway. Fuentes, según se dice, fue el inspirador del personaje  de “El viejo y el mar” esa obra insignia de la literatura universal.

Leí el texto y me sedujo una vez más la persona-personaje, a quien no llegué a conocer pero cuando pasé por su casa, allá lejos en Cuba, tuve la sensación que aún estaba allí y hasta podía compartir un habano y hablar del “Viejo”. El artículo refleja diversos aspectos de la vida de este hombre mitad canario, mitad cubano, que son atractivos y por momentos paradójicos. El autor no escatima detalles y posee fotos con este “viejo” que tienen un valor histórico incalculable.

El autor  del texto  autorizó la publicación completa y yo descubrí un hombre del Renacimiento por sus antecedentes académicos, artísticos, literarios y políticos. Isidoro Sánchez García es Ingeniero de Montes graduado en Madrid, pero también autor y coautor de libros, productor de documentos audiovisuales y periodista y por si fuera poco tuvo una destacada actuación en la vida política de Canarias desde 1979. Sánchez García recibió en su trayectoria premios, distinciones y condecoraciones.

El artículo fue publicado en mayo de este año en el sitio universocanario.com que refleja la actividad de esa bella zona que ejerce poderosa atracción en más de un viajero que la visita. Tiene mucho pasado y mucho presente y futuro. Recomiendo el sitio en donde hallé la nota (que reservé especialmente para concluir el año) y también seguiré leyendo al autor de la misma. En una de esas vuelve a referirse a nuestro admirado Ernest Hemingway.

Gregorio Fuentes Betancourt
por UniversoCanario.com el 03/05/2013
Isidoro Sánchez García

La efeméride del 23 de abril, Día del Libro o del Idioma, como le gusta decir a los cubanos, me ha llevado a elegir una vez más el libro del año. En esta ocasión aposté por El Viejo y el Mar, de Ernest Hemingway. Y me acordé de un amigo singular, Gregorio Fuentes, aquél viejo lobo marino, mitad canario, mitad cubano, que inspiró a Hemingway cuando escribió su breve relato para la revista Life y consiguió el premio Pulitzer en 1953. Sirvió como contribución especial para que un año más tarde le concedieran el premio Nobel de Literatura.

Gregorio Fuentes nació en 1897 en Lanzarote (Canarias), cerca del Charco de San Ginés, en Arrecife, y tenía familia en Teguise. Con diez años se embarcó para Cuba junto con su padre, en el vapor Joven Antonio, que iba cargado de papas y cebollas, para luego regresar con tabaco y azúcar. Viajó a La Habana desde Las Palmas de Gran Canaria pero su padre falleció en el trayecto marítimo por culpa de un accidente  a bordo. Dicen que a su llegada a la capital cubana se tiró al mar en la bahía de La Habana para que no le descubrieran, ya que viajó como polizón. Al principio se alojó en Casablanca, zona próxima al puerto habanero, junto con otros paisanos canarios, y más tarde se fue para el interior, para trabajar en el campo.

Luego se afincó en Cojimar, provincia Habana, no muy lejos de la capital cubana donde se dedicó a pescar y conoció a Hemingway, una vez que éste apostase por la Finca Vigía, hoy Museo, después de alojarse en el hotel habanero «Ambos Mundos» y de acercarse al bar restaurante Floridita para beber los daiquiris que tanto apreciaba. En 1938 Gregorio Fuentes, una vez afincado en la costa de Cojimar, reemplazó a Carlos Gutiérrez como oficial del yate Pilar, propiedad de Hemingway, y se quedó con el escritor norteamericano hasta la muerte. Gregorio sirvió de referencia y de inspiración a Ernesto Hemingway en 1952 para escribir el personaje del viejo Santiago, en el libro El Viejo y el Mar, que le sirvió al escritor norteamericano para recibir el premio Pulitzer, y en 1954 el premio Nobel de Literatura. En 1958 se rodó en Cuba una película sobre esta novela en la que participó Hemingway y Gregorio.

Años más tarde el periodista canario JJ Armas Marcelo escribió una novela cubana titulada Así en La Habana como en el cielo. Gregorio Fuentes se convirtió en uno de los personajes fundamentales de su obra literaria y quedó dibujado como Pedro Infinito (a) el Pescador. Razones tenía Juancho Armas para destacarlo.

Conocí a Gregorio en 1993 y a una de sus dos  hijas, Elvira, que era delegada de la  Asociación canaria «Leonor Pérez» en Cojímar. En algunas ocasiones llevé a algunos familiares y amigos de Cuba y Canarias para que  conocieran a este famoso pescador canario. Casi todos los meses de diciembre me acercaba hasta Cojimar, cuando asistía a los actos culturales dedicados a Dulce María Loynaz, para llevarle a Gregorio y familia una cesta de Navidad y felicitarles. En 1998 le obsequié también el libro Cuba, Cien Años Después, editado por la firma comercial canaria Abora, así como algunos puros pero ya no podía fumar por recomendación médica. Creo recordar que en 1996 le invitaron desde el gobierno de Canarias a que visitara el archipiélago durante una temporada y se acercara a Lanzarote y Gran Canaria; asimismo le tramitaron el expediente de recuperación de la nacionalidad española. Tengo algunas fotos con él y Cari, la locutora de  Azul Televisión, de Tenerife,  que le hizo una entrevista en las Terrazas de Cojimar en 1996.

Como anécdota les comento que a Gregorio Fuentes le dieron por fallecido en el periódico ABC por parte de J.J. Armas Marcelo, a mitad de la década del año 1990. Fue una noticia  que yo personalmente me encargué de rectificar más tarde, con el autor de una carta al director que luego me remitió la copia de la errónea editorial del ABC. La confusión se produjo por la muerte de un yerno de Gregorio. El comentarista de la noticia es madrileño y se llama Manuel Jiménez Arnanz, que vive afortunadamente. Curiosamente este señor, del que me hice amigo posteriormente, era hijo del dueño del restaurante Callejones de Madrid, donde era habitual la presencia de Ernest Hemingway cuando venía a la capital española a ver toros.

Hay un detalle que me comentó Xiomara Brito, una amiga cubana, cuando prepararé con ella un libro sobre la figura de Tomás Felipe Camacho, un abogado canario afincado en La Habana y promotor del Orquideario de Soroa, cerca de Pinar del Río. Se refiere al nombre PILAR que le puso al yate. Al parecer se debe a una española que se llamaba Pilar, de la que se enamoró, y era la dueña del hotel pinareño donde se alojaba Hemingway cuando venía por esta provincia cubana, ya que había descubierto un cayo espectacular donde le gustaba refugiarse (Cayo Mégano de Casigua). Estamos hablando de los primeros años de la década de 1950.

Sobre Gregorio y Hemingway hay un libro interesante de Jesús María Silveyra editado en 2000 por el Instituto Cubano del Libro. Nuestro paisano Gregorio se había nacionalizado cubano hasta que se jubiló, para luego convertirse en un icono y reclamo turístico en Cojimar, donde se ancló hasta su muerte en 2002. Presumía de haberle enseñado a beber mojitos y comer camarones a Hemingway. Era habitual cliente  del restaurante Las Terrazas, donde frecuentaba las visitas con Hemingway y le hacían entrevistas y fotos, hasta que se enfermó de cáncer y se refugió en su casa. Su nieto Rafael Valdés Fuentes vivía con él en una casa cerca del restaurante y era el encargado de sus relaciones públicas, de manera particular con las cadenas extranjeras de televisión.

Gregorio Fuentes Betancourt falleció en 2002, por lo que no dudamos en calificarlo el canario que conoció tres siglos.

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Una historia inédita de Hemingway en Harper’s Magazine: “Mi vida en el ruedo taurino con Donald Ogden Stewart”.

Sábado 21 de septiembre, día poco soleado para festejar con el comienzo de la primavera aquí en la  Argentina, en el hemisferio sur del planeta. Desde temprano Google informa que una historia inédita de Ernest Hemingway será publicada en breve.

El informe es de Scott Simon en www.npr.org y se titula “Hemingway’s rejected early work is fit to print after all”.  Simon explica como un relato  de Hemingway de 1924 fue rechazado por la revista Vanity Fair y ahora aparecerá en Harper’s Magazine. El texto de unas  cinco páginas está titulado “My life in the bull ring with Donald Ogden Stewart” (Mi vida en el ruedo taurino con Donald Ogden Stewart) y fue escrito por Hemingway cuando el tenía unos 25 años. Por supuesto que el actual editor de Vanity Fair deseaba publicar la historia antes que apareciera en octubre en el nuevo volumen (el segundo) de cartas del gran escritor. Pero Patrick el hijo de Hemingway que maneja la propiedad intelectual de su padre se opuso con palabras no precisamente afectivas hacia la revista que en su momento, hace 89 años, había rechazado el texto por razones que hoy se llamarían “estilo”, “línea editorial” etc. Patrick argumenta que Vanity es una publicación más que nada para amantes del lujo. Habría que preguntarse qué hubiera dicho su padre cuyos lujos, lejos de la ostentación, están en toda su historia personal con una gran riqueza cultural. Habría que decir también que el lujo en sí mismo no es execrable. Incluso, a veces. es una necesidad, tan humana como todas las demás.

Dos días más tarde otro informe, esta vez en español también habla de este nuevo texto. Sin autor explícito aparece en www.libropatas.com y confirma lo expresado por Simon quien ha omitido decir que el relato fue hallado entre las cartas de Stewart. Todo hace pensar que Hem se lo envía o entrega a Stewart. El biógrafo de Hemingway James R. Mellow citado mas adelante aquí, menciona a Stewart como un “…former Vanity staff writer”(miembro formal es decir de planta, de los redactores de Vanity, quizás un columnista permanente) y este confiesa en sus diarios que no hizo nada al respecto. No obstante la historia llegó a Vanity  con una carta firmada por el propio Hemingway quien quizás la envió más allá de la presencia del intermediario mencionado

No quedaba sino esperar. La espera es larga. Debía concluir septiembre y correr octubre. El 26 de octubre por lo menos es lo que me consta  Harper’s Magazine (hay que entrar a Harper’s Magazine y cliquear donde dice Blog, Browsing October 25,2013…”My life in the bull ring…”) publica no sólo el texto del cuento, sino que lo completa con el de la carta que acompañaba el cuento y además una breve introducción de uno de los editores del segundo volumen que compila las cartas del escritor del periodo 1923-1925. Por si algo faltara Harper’s agrega una parte del  manuscrito original del relato como una cortesía de Cambridge University Press quien publicará este mes el citado tomo. La foto de tapa del mismo muestra un joven Hemingway desafiante acorde a la edad y época de referencia del volumen. La foto es de la colección que se halla en la Biblioteca John F. Kennedy en Boston. De paso cabe mencionar que  también fue empleada como foto de tapa de la documentada biografía de James R. Mellow, autor mencionado anteriormente quien, también de paso, cita a Stewart en varias oportunidades y en variadas situaciones.

En esta nota, la traducción del título es personal. Habrá que aguardar traducciones de especialistas para poder acceder al texto en forma idiomática correcta.

Como otros, no es un texto complicado. Al contrario.  Es una sátira bastante lograda sobre un tema al que el mismo Hemingway llamará más tarde y en algún momento “Una tragedia”. Hay un detalle. La estructura del texto llama la atención. Si el lector lo imprime en papel y  lo aleja un poco más allá de su campo de lectura, se dará cuenta que se halla enfrente de una serie de líneas de palabras. Son como telegramas que van trasmitiendo la acción que se desarrolla. Ese es Hemingway. Es, el mismo, en acción. En una línea. Breve. Conciso. A veces extraño, a veces estúpido. Como es la vida. Muchas veces, aparentemente, sin sentido. También en una línea.

Antes de concluir me siento en la obligación de dedicar por lo menos unas palabras sobre este señor que nadie aclara quien es y que se da el lujo de aparecer en el título de un cuento de Hemingway. ¿Quién es Donald Odgen Stewart? Las publicaciones e informes recientes no muestran fotos de el con Hemingway pero si se sabe mucho acerca de su vida. Stewart nació 5 años antes que Hemingway y lo hizo en Ohio en un contexto de familia acomodada y como referencia ineludible hay que decir que estudió en Yale. En la guerra sirvió en la marina y en la post primera guerra estuvo en Europa, pero para ese momento ya escribía notas y empezó a ensayar con esas novelas satíricas muy de época que gustaban por el estilo y el fondo humorístico social. Se “encontraron“, es un decir, con Hemingway y confraternizaron. Ambos eran norteamericanos, ambos escribían y ambos gustaban de Europa y además ambos habían sobrevivido a la primera masacre mundial. Demasiadas cosas en común. La trayectoria de Stewart es extensa, prolífica y exitosa. Falleció en 1980. Vale la pena leer sobre el. Hay una autobiografía bastante completa que muestra que fue un personaje en el mismo Hollywood y que tuvo sus momentos tanto de luces como de sombras. Más allá de todo ello nada ni nadie puede quitarle sus logros y méritos en el mundo del cine, del teatro e incluso en la literatura.

En cuanto al asunto del artículo, Stewart puede haberlo tomado a la ligera, figuraba su nombre en el título, o no estaba muy de acuerdo en que así llegara a Vanity Fair. Es muy posible que a la revista tampoco le gustara el protagonismo explícito de un columnista. Es una interpretación. Nada más. También es posible que no estuviera  en un todo de acuerdo con el autor. ¿Podían existir celos profesionales por invadir Hemingway con su estilo, un área como la satírica, que ya era ejercida por Stewart? Y en esa misma línea también es posible que Hemingway, con poca experiencia, sólo quisiera halagar a Stewart y dedicarle el cuento empleando su nombre en el título. Es una hipótesis. Pero la realidad del momento también podría mostrar que Hemingway quizás necesitaba más de Stewart que este de él. El relato podía abrir puertas todavía muy cerradas para el futuro Premio Nóbel. Es todo un tema para profundizar y en algún momento los especialistas y los investigadores dirán algo sobre la cuestión.

Parodiando al autor del informe, Scott Simon, diría para concluir que, bien merecidos, Hemingway vivió muchos lujos en su vida. Pero el escribió magníficamente lo que vivía. Y nosotros podemos decir  que el los vivió para que nosotros podamos leerlos.

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